domingo, 21 de diciembre de 2008

Noches diferentes



Hay días que pasan sin más, que pasan sin haber dejado ninguna huella ni indicio de que sucedieron; y hay otros cuya huella es imborrable. Algunos son casi una imposición, pero el caso es que depende de uno la relvancia que se les quiera dar.

Recuerdo cuando era pequeña quedarme dormida mientras veía en la televisión esas horrendas galas de artistas enlatados y humoristas sin gracia -por aquel entonces era una noche genial porque me dejaban acostarme tarde y además podía ver a algunos de los cantantes de moda-. Después pasé a hacer competiciones con mis primos para ver quién aguantaba más tiempo despierto, y seguí durmiéndome la primera. Después vinieron las fiestas nocturnas, los bares de copas, las felicitaciones a gente a la que el resto del año evitas saludar, los buenos deseos, los balances, las perspectivas anuales.

Quizá el fin de año más especial halla sido el de hace dos, cuando me reuní a la una en Llacuna con Raül para descubrir por primera vez el mar en Barcelona, y el sonido de las olas de fondo enmarcaron una bonita conversación con velas y cava. El año pasado incorporé otra novedad, la primera cena de nochevieja de la que fui anfitiona y cocinera jefe, nada mal, por cierto.

Después de pasar un mes saturada con la fabulosa pero complicada idea del cabaret de fin de año en la montaña, he desistido del plan. Y ahora busco algo diferente que me llene la mente y el alma, en un día de importancia impuesta pero aceptada.

Emborracharme en casa y bailar hasta no poder más? ir al centro budista del garraf a meditar? conseguir un telescopio y alguien a quien le guste mirar las estrellas? cenar con mis amigas e improvisar? volver al mar? o tomar las uvas con las campanadas de cualquier reloj de la ciudad?

Se ruegan sugerencias!

1 comentario:

AndreaB dijo...

Posiblemente te vuelva a ver una vez entrado el 2009... y sólo espero que entres en el nuevo año igual de feliz e increíble que siempre. Te quiero, guapa! Aunque no suela decirlo jiji soy un trol, lo sé...

Andrea