Jugadores en sus posiciones, se reparten las cartas y... ¡comienza la partida! Uno de los jugadores se guarda un as en la manga... su carisma. Dejó hace 7 años los escenarios como guitarrista de Ktulu, pero no tuvo más remedio que volver, esta vez, para envolvernos en la magia del teatro. Después de pasar por varias obras, como El Síndrome Chukolsky, salta de nuevo al escenario para representar La Partida (Teatre del Raval, funciones hasta el 24 de mayo). Esta obra obtuvo el premio del público y el especial del jurado en la 13ª Mostra de Teatre de Barcelona por su lenguaje fresco y sencillo... igual de fresco que Jorge!!!
Las cartas son… tus potencialidades y tus hándicaps, todo lo que traes debajo del brazo cuando vienes a jugar la partida de la vida. Conviene saber qué cartas tiene uno, porque depende de las cartas que tengas deberás hacer una apuesta u otra. Hay gente que se pasa la vida sin saber qué cartas lleva. Un farol que nunca me marcaría: nunca diría nunca jamás… bueno, esta vez no cuenta ¿no? El escenario es para mí… algo contradictorio: estás deseando subirte y hay veces que querrías desaparecer de él. Lugar de gozo y a veces sufrimiento. Alguna cosa tendrá porque de una manera u otra siempre acabo volviendo a él... Una máscara que me pongo a menudo es la del buen rollo. ¿Mejor con un alter ego o con una guitarra? Hace unos años hubiera dicho que a qué viene esa pregunta, que naturalmente con una guitarra. Ahora mismo y si tuviera que elegir, con un alter ego. Una guitarra en mis manos hoy suena... dependiendo del día. Es como una antigua novia, que después de dejarlo de manera radical, se convierte en una buena amiga a la que ves poco, pero que de vez en cuando te gusta quedar con ella para darle un achuchón. Una bicicleta… una BH que tuve en el 77, totalmente tuneada con todos los complementos que le iba pispando a las motos de cross. Sí, lo confieso: de pequeño era un poco choricillo. Mis amigos de la infancia, no tengo ni idea de dónde pueden andar. Un barrio de Barcelona, el Gótico y la Barceloneta, pero de Barcelona me gusta casi todo. Una marca de cerveza, la que me patrocine el espectáculo (mensaje para todas las marcas, se aceptan propuestas) Y al día siguiente, el desayuno, tema complicado. A estas alturas de mi vida aún no tengo claro cuál es mi desayuno ideal. Eso sí, si me ponen delante un bufet libre en un hotel arramblo con todo. Nunca me han gustado los domingos, aunque una buena manera de pasar el trago es en buena compañía, alrededor de una buena mesa y si puede ser, al solecito. La otra es teniendo función, como estos días.
1 comentario:
Ya te digo: fantástico, el blog. Completo, bien escrito... y el desayuno dichoso! Por qué es tan importante?
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