jueves, 24 de julio de 2008

Contador de historias




A veces no puedo evitar pasarme de nuevo por allí. Aparecen como un golpe en el estómago todos esos recuerdos. Esas miradas de metacrilato. Esas palabras. Ese recuncho de los deseos y las más variadas filosofías de vida, ese rincón es un detonante de recuerdos. De sensaciones.


Cerré mi fotolog hace tiempo pero reconozco que aún espero que alguien se pase y me ponga un "bonita foto, firma en mi blog" o una palabra amiga de un desconocido, como los demás. Y como tú. Esa "novia" -hay quien lo pensaba- que tantos dolores de cabeza me trajo. Esa persona que

es capaz de hacerme llorar con sus textos. Con sus pensamientos que explotan en cada palabra. Sigo enfada. Sigo decepcionada. Se supone que eso pasa cuando esperas algo de alguien. Y yo esperaba grandes cosas de ti... y en le fondo las sigo esperando.

Yo también me acuerdo de tu padre cuando veo Big Fish, una de mis películas favoritas. Disfruta de mis hermanos por mí. Me resisto a saber nada de ti, a preguntar nada de ti... pero en el fondo me muero por saberlo todo. Me intriga. Y me asusta: me da miedo subirme a tu noria, engancharme de nuevo a ti.
Quizá sea un miedo inútil.

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