Soy alérgica a los domingos.
Soy alérgica al maiz.
Soy alérgica a pasear al perro.
A despertarme con quien no quiero.
Soy alérgica a los miedos.
A los no-sentimientos.
A las noche improductivas.
A las cervezas sin cigarros.
Al viento de enero.
Soy alérgica a la ropa
que me separa del resto de cuerpos.
Soy alérgica a las manos
que no saben tocar.
Alérgica a los bares de copas
sin banda sonora
y a los espejos
que no saben reflejar.
Soy alérgica
a las letras con sentido,
a la gente civilizada con la que me cruzo
de camino al metro,
a las prisas por la mañana.
Soy alérgica a lo que pienso
porque es lo que no siento
y a las palabras
que no se dejan
llevar por el viento.
Soy alérgica.
Y qué.
sábado, 15 de noviembre de 2008
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