lunes, 29 de junio de 2009

Reorientando el timón


Muchas son las cosas que han pasado este fin de semana. A decir verdad, muchas son las cosas que han cambiado desde hace un mes. No tiene sentido seguir con este diario cultural, tal y como lo estaba haciendo hasta ahora. A pesar de que sé que es una buena manera de mantenerme al día, creo que no tenemos tanto tiempo como para fundirlo ante una pantalla buscando información y narrando vivencias culturales, crónicas y críticas. Hay tantas cosas más importantes que eso...

Hay muchas cosas que merecen la pena. El Antikaraoke de Rachel Arieff en Apolo 2 es brutal, Cabaret Pedrolo, de la Quadra Màgica, también. El Aleph me está prporcionando más a nivel personal de lo que imaginaba, precisamente ahora. Pero si queréis recomendaciones de cosas que hacer, creo que ya hay sitios suficientes con coolhunters a la última que pueden hacer esa función. Ahora pretendo volver al origen, que es lo único que nos mantiene con un rumbo, aunque cambiante, siempre definido, y que V de Venus se convierta en este espacio de inspiración que pretendía en febrero de 2008. Un espacio donde detener el tiempo, reflexionar, dejarse llevar por cada una de las musas que aparecen cuando menos te lo esperas.

Porque la inspiración está en los lugares más dispares. De hecho, aquí, en la ciudad, es donde menos se encuentra, por mucha oferta cultural que haya. La vida está ahí fuera, por todas partes. La inspiración, también. De nada sirve que escriba aquí las enseñanzas, vivencias, sensaciones que me ha provocado este fin de semana en la montaña, el pantano, desnuda por dentro y por fuera en medio de la naturaleza. No lo entenderíais. Y tampoco tendría un sentido.

Ahora tengo más claro que nunca quién soy y dónde estoy, cuál es mi lugar en este mundo al que hemos venido a disfrutar del misterio de la naturaleza, de la creación, de la vida. Somos parte del ciclo natural. Y nuestra vida tiene un principio y un fin. Por eso es importante aprender de la botella, e intentar mantenerse a flote. Aprender de la montaña, entre otras cosas, que los miedos están en uno mismo. Aprender que todo tiene un fin, y que el final sólo tiene sentido si luchaste por lo que realmente querías e hiciste lo que tu corazón te dictaba, a veces entre líneas. Por eso he vuelto, por eso he decidido, por eso las palabras pasan ahora a la acción.

Hacedme caso, buscad un banco escondido entre la piedra caliente que desprende energía, buscad una playa desierta o una llanura de hierva... y sentaros, perded un poco el tiempo. En realidad estaréis ganando tanto... Ha vuelto la inspiración.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

cuando escribes estas cosas y de esta manera haces que realmente sea facil dejarse llevar y que la vida es sencilla y podamos ser felices.todo depende de nosotro.las cosas mas "simples"son las que mas nos llenan

Martí Bou dijo...

Jo no t'anava a convidar a llegir un article sobre la dona a l'Islam, però sí que et diré que Tuvalu es va forrar als inicis d'internet perquè el seu domini era el .tv

Informació inútil sobre la xarxa per escapar d'ella.


Benvinguda al nou camí.

Em demano un seient al teu costat en aquest tren vital. Ni que sigui per posar-te un auricular a l'orella de tant en tant.


Un petó,

;o)