Desde hace no mucho, los amantes de la farándula y los platós tienen un lugar a donde poder ir a cenar sin despegarse de su gran pasión. Se trata del Broadbar, un restaurante especializado en comida china de alta calidad en cuyo seno reside un plató de televisión y un estudio de radio.
Ya sé, yo tampoco tengo muy claro qué tiene que ver la televisión con la comida china. El caso es que la comida está francamente buena, con una presentación muy cuidada y con mezclas más o menos novedosas. Si váis no podéis dejar de probar las sopas, seguro que os sorprenderán. Mientras cenas, puedes disfrutar de un programa de televisión en directo de lo más variado, y por donde pueden aparecer karaokeros con ganas de protagonismo, frikis varios o buenos profesionales con ganas de proyectar su carrera en algún sentido.
Al principio resulta extraño entrar en un restaurante y que el sonido de fondo sea la televisión, pero tiene su gracia. Lo que no es tan gracioso, hay que decirlo, son los precios de la carta. Aunque ver la cuenta mientras degustas uno de los deliciosos postres de Oriol Balaguer es un atenuante...
Sin duda, el Broadbar es un lugar diferente.
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