Una mano negra recuerda que el juego sucio es legítimo en nuestra sociedad. Que se puede jugar con la gente, mentir, manipular. La fábrica de Potocari (Bosnia) donde se instalaron las tropas holandesas de la ONU también fue testigo de este lema. Los abusos de poder, las violaciones, las ridiculizaciones a la población que se suponía tenían que proteger eran norma, y en su tiempo libre los destinados en Srebrenica se dedicaban a dejar su huella en la pared. Una huella enfermiza: dibujos obscenos, satánicos y lemas poco conciliadores para tratarse de tropas "neutrales" evidencian el estado mental de muchos de ellos. Adivinanzas como esta: "No tiene dientes, tiene bigote y huele como la mierda... Una chica bosnia". A su regreso, muchos se suicidarían. Pobrecitos.
Lydia Lunch es de las que cree que la culpa de todo eso la tienen los hombres (un 1% de los hombres). De hecho afirma que todas las mujeres que han alcanzado cotas elevadas de poder fracasan porque gobiernan al modo "masculino" y, por lo tanto, son iguales que ellos. También afirma que si las mujeres fuesen capaces de dirigir un país como dirigen sus casas, la cosa cambiaría.
En una de sus clases, José María Perceval indicaba que el excedente de dinero de los países se invertía en armas para no ser usadas... pero a veces aparece alguien dispuesto a utilizarlas, y comienza el juego de intereses, el juego de la guerra. Es uno de esos "cabrones" de los que hablaba Lunch. Ella decía: "Cuanto más cabron, más armas tiene".
Nadie puede evitar que aparezca uno de esos "cabrones" dispuesto a emplear las armas, por una causa noble o repugnante. Que venga un enfermo a violar a tu madre, a tu hija o a tu hermana. La sociedad está condenada a que la historia se repita continuamente. Porque la violencia sólo genera violencia, y la violencia forma parte de la naturaleza humana. Hace unos años fue Bosnia que, recuerdo, está a las puertas de nuestra civilizada y próspera Europa. Después Irak. Afganistán. Vivimos en un mundo de ilusión y somos demasiado ilusos; obviamos que mañana podemos ser nosotros. Y restamos importancia a sus vidas... porque están muy lejos. Ya lo decía una norma periodística: una noticia con un muerto español equivale en importancia a otra con 50 chinos. Y seguro que la del español va primero.
Me permito recordar que en la historia de nuestro país no ha habido extensos periodos de paz... Ni en la de Bosnia. El testimonio de Spasoje Mijatovic, un periodista de Bratonatz (República Srpska de Bosnia) es sólo uno más de los que reconocen que algo tiene que pasar en ese país, que no puede permanecer tal y como está organizado en la actualidad, y sabe perfectamente que en esa región cada x años hay una guerra... Por cierto: tras la elección del lider proeuropeo, Serbia entra en la UE, lo cual tendrá sus repercusiones en la opinión pública de la República Srpska... (En la foto, un niño lleva un carretillo en Scelani, un pueblo de la República Srpska en la frontera con Serbia)
Nosotros legitimamos todo eso. Por tener ellos las manos llenas de excrementos, les damos carta blanca para que decidan por nosotros. Para que maten por nosotros y así mantener pulcras nuestras pulcras manos.
1 comentario:
Seguirás haciendo fotos así, verdad??
1 besito!
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