Así me pone este cuarteto desde que lo descubrí hace años entre las paredes de mi habitación, en la comarca del rock. Ayer, después de siete años sin dar conciertos ya que Robe estaba en una clínica de desintoxicación, pudimos disfrutar de nuevo en Barcelona de Extremoduro, presentando su nuevo disco, un trabajo novedoso donde el peso se centra en la cadencia de la música impregnado de su inconfundible sello.
Este sabado tocaron las mejores canciones de su repertorio e hicieron vibrar al público emocionado. Y es que a quién no le traen recuerdos canciones como Sopayaso, Evaristo, Golfa, Salir Beber... El Robe se lo podía haber currado un poco más. Al final del concierto se despidió y se fue dejando al resto de la formación en el escenario. Ellos fueron los encargados de clausurar el concierto con 15 minutos de orgasmo de solos y tracas finales varias, una detrás de otra. El Uoho, un monstruo. Estarán de gira por toda España.
martes, 7 de octubre de 2008
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