domingo, 3 de mayo de 2009

Dos apuntes sobre música y guerra

1. En un mundo en el que la industria de la música ha cambiado, conviene tener en cuenta inicativas como la de Spotify. ¿Para qué ocupar tu disco duro con megas y megas de música cuando puedes ecucharla íntegramente en internet? Eso es lo que nos ofrce este programa, que a través de un registro gratuito te permite escuchar casi cualquier grupo del que quieras saber más.

Incorpora, del mismo modo que LastFM una biografía del grupo y la rado del artista. Como punto positivo, además de toda su discografía pudes ver las colaboraciones que ha hecho con otros grupos. Como punto negativo, que la incorporación de la música depende de un contrato con la discográfica y hay grupos que aún no están presentes. Pero es evidente que, a largo plazo, acabarán por estar. La única pega es que cada tres canciones te salta una publicidad en formato audio o banner, elementos que se pueden evitar mediante la suscripción de pago.

De todas maneras, para ser gratuito, creo que no se puede pedir más. Es el equilibrio perfecto entre los derechos de los internautas y el de las discográficas y los artistas. Los grupos se dan a conocer en profundidad, y garantizan más seguidores. Es evidente que si quieres grabar el audio desde el ordenador lo podrás hacer: la tarea pendiente de Spotify es, pues, conseguir que la música se pueda descargar previo pago (según cómo) para poder incluirla en los reproductores mp3.

Aún así, aquí tenemos el ejemplo perfecto de adaptación a los nuevos tiempos. La industria musical ha estado rápida y sabe que los ingresos vienen por los directos. Hoy en día es inconcebible un grupo rentable que no se dedique a hacer bolos por aquí y por allá.

Y 2. Aprovechando uno de los hallazgos que me proporcionaron anoche Spotify y Martí, os quiero hablar de un maravilloso disco de A Perfect Circle. Se llama eMOTIVe, disco al que pertenece esta canción:


eMOTIVe se concibió en plena invasón de Irak y está compuesto por versiones del grupo de famosas canciones sobre la paz, como "Imagine" de John Lennon, que es la que escuchamos, o "What's going on" de Marvin Gaye. La melodía es la misma que en las canciones originales y la letra también; lo que cambia es que pasan de ser canciones en acordes mayores a menores.

Todo un señor disco que refleja la emotividad de aquel momento en que la gran mayoría de la sociedad rechazaba la invasión. Fue en 2003 (disco editado en 2004) pero este trabajo merece ser escuchado de nuevo hoy y recapacitar con él sobre la gran cantidad de guerras, grandes y pequeñas, que se fraguan día a día sin salir en las noticias. Porque son Irak y Afganistán. Israel y Palestina. Pero también Congo, Costa de Marfil, Somalia, Darfur-Sudan, Ruanda, Zimbabwe, Sierra Leona, Liberia, Argelia, Chocó-Colombia,Guinea Conakry, Guinea Bissau, el Sáhara. ETA y las FARC. Por cierto, en diciembre hay elecciones en Guinea Ecuatorial. Y por esas, y muchas más, y porque el mundo no se cambia solo, ya se ha convocado una marcha mundial por la paz y la no violencia.

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